viernes, 1 de octubre de 2010

ANTIGUO EGIPTO


La cultura del Antiguo Egipto, se conforma a partir de la forma de vida, costumbres y tradiciones existentes en la sociedad egipcia de la Antigüedad. Se inició en el Neolítico y evolucionó a lo largo de 3.000 años, hasta la época romana, cuando prácticamente desapareció al adoptar la del Imperio romano, y sobre todo las costumbres cristianas.

Obelisco de Tutmosis III (Thutmose III) erigido en el templo de Karnak. (s. XV a. C.)
La historia del Antiguo Egipto como estado unificado comienza en el Neolítico, hacia el año 3150 a. C., y se divide en tres imperios con periodos intermedios de dominación por gobernantes extranjeros y conflictos internos.
El Imperio Antiguo (2700 - 2200 a. C.) se caracterizó por el florecimiento de las artes y la construcción de inmensas pirámides. Durante el Imperio Medio (2050-1800 a. C.), tras una etapa de descentralización, Egipto conoció un período de esplendor en su economía.
En el Imperio Nuevo (1567-1085 a. C.) la monarquía egipcia alcanzó su edad dorada conquistando a los pueblos vecinos y expandiendo sus dominios bajo la dirección de los faraones de la dinastía XVIII.
La decadencia del imperio faraónico comenzó hacia 1075 a. C., a raíz de diversas incursiones de ejércitos de otros pueblos. A pesar de esto la cultura egipcia mantuvo sus características fundamentales hasta la dominación romana, influyendo en todo el Mediterráneo occidental.
Los últimos sacerdotes de Isis, en la isla de File, mantuvieron su culto hasta que fue prohibido por Justiniano I, en 535 d. C., el idioma se mantiene, con la lógica evolución a través de los años, en el idioma copto que utiliza la Iglesia Copta como lengua litúrgica.




ARTE EGIPCIO
Una de las características del Antiguo Egipto fue su singular arte, con monumentales obras que generalmente tenían carácter simbólico, funerario o religioso. Aunque el concepto de Arte es moderno, es perfectamente utilizable en la arquitectura, escultura, pintura y joyería egipcias, siendo muchas de sus realizaciones auténticas obras de arte y no simples trabajos de artesanía.
El arte egipcio se caracterizó por la fijación de pilares o motivos constantes desde el inicio de la historia del Egipto unificado hasta el final de la dominación romana. Este lapso de tiempo de casi tres mil años implicó un desarrollo en los patrones artísticos, los motivos, las figuras y las formas de expresión, con quiebres o innovaciones revolucionarias como fue el periodo amarniense, donde el arte sería totalmente innovador respecto a su herencia artística centenaria.

Paleta de Narmer, clásica imagen del faraón "destrozando" a los enemigos. Es un motivo constante y claro ejemplo del arte como expresión del poder político.
El conocimiento que tenemos del arte egipcio se debe, principalmente, a los materiales utilizados, sea piedra (caliza, arenisca o granito), metales (oro, electrum, cobre y bronce), madera (ébano y cedro) y otros no menos valiosos como marfil, fayenza y vidrio.
Una faceta que caracteriza a la cultura egipcia es el constante esfuerzo por transmitir un concepto de tradición. Este esfuerzo se traduce en la adopción de ciertos modelos o imágenes a modo de iconos que se repiten en la sucesión de faraones. Entonces, a pesar que la historia egipcia puede clasificarse en grandes etapas como los Imperios Antiguo, Medio y Nuevo, muchos de estas formas artísticas pueden repetirse ya que han sido transformadas en iconos.
=== El arte como expresión del poder político ===

Ramsés II destruyendo a sus enemigos. La pose es similar a la de la Paleta de Narmer pero 1.800 años de cultura egipcia ya habían transcurrido. Clásico ejemplo de un patrón artístico inmutable transformado en icono.
Es una de las primeras vinculaciones desde el comienzo de la historia. Las ideas y las posiciones políticas vigentes darían el motivo principal para la elaboración de un sin número de obras artísticas con una clara idea de propaganda.
Ante cada evolución política-social de la historia egipcia, surgía la necesidad de transmitir determinado concepto político que se instrumentaba mediante la proyección de determinada imagen. Sean dichos procesos políticos la reunificación de las Dos Tierras, las campañas militares al extranjero o cambios teológicos. Por lo tanto, la instrumentación consistía en la construcción de nuevos templos, palacios o tumbas, que lógicamente tenían su correlato en la elaboración de esculturas, murales, grabados, etc.
Bajo este enfoque, el eje principal es el motivo de la obra. Dicho motivo es el pilar fundamental de la misma y determina sus parámetros: la distribución de las imágenes en el plano (o superficie) a utilizarse, los tamaños de las imágenes a representar según un orden de prelación basado en la importancia de los personajes, y la utilización de ciertas formas a modo de síntesis del concepto a transmitir.
La utilización del arte en obras de claro tinte propagandístico fue un elemento común. Durante el Imperio Nuevo era frecuente que las campañas militares tanto a Nubia como a Siria y Canaán fuesen representadas en las sucesivas ampliaciones de los templos de Amón en Karnak. Así, los consecutivos pilonos de tales templos fueron adornados con múltiples relieves donde el faraón reinante se encontraba batallando contra enemigos asiáticos o nubios.

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